Que indiferencia me debiera producir la abyección de vuestros actos,
Claro, debiese comportarme de igual manera
y fingir que no existes.
Ignorar nuevamente el dolor ajeno
como si fueran estropajos andrajosos.
Caminando errantes
en búsqueda de una respuesta.
Qué daría yo,
por verte sonreír, querido amigo.
por estrechar tu mano
y emprendas el vuelo.
Mas, me hago mísera de mis buenos anhelos,
y paso por tu lado,
con la conciencia amarga
de no haberte ayudado,
extendiéndote tan solo
una sonrisa ya marchita…
¿Cuándo lograremos entonces ?
superar viejos temores,
Liberar lo que realmente existe
en nuestros corazones,
Me rehúso simplemente a pensar,
que el egoísmo quiere triunfar,
opacando los colores,
me rehúso a creer
que no hay solución.
Cuando hasta el mismo Principito,
nos ha entregado la respuesta.
por AMARANTA MARIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario