miércoles, 1 de abril de 2009

Invocando a Samy



El catarro nasal impide abrir mis humeantes ojos en afiebrado candor de mis pupilas haciendo una plegaria a mi estado viral y es que de tantas noches afuera y la velocidad de los autos desfiguró mi cara con el frío viento de la furiosa madrugada del sábado en aquellas discotecas marginales abandonadas por los años, en ese paisaje pictórico de la bohemia popular.De disco en disco mis pueriles zapatillas se meneaban cual estropajo caminante al ritmo del “Turum-pum-paf”del Hip Hop de fondo; Tres Vasos de Vodka y Seis de Cerveza me acompañaron en la mezcolanza etílica de mi vivir en aquél momento, cuando de pronto recordé que debía invocar a Samy, El duendecillo del baño que me invitó a navegar por las febriles aguas de los residuos humanos...

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